martes, 7 de enero de 2014

ESCOCIA. ESCAPADA A MI AIRE (2ª PARTE)

Después de atravesar el Cairngorms National Park, Llegamos a Perth, empezamos la hazaña de buscar de nuevo alojamiento, aunque aquí, una zona mas industrial y más grande nos fue imposible encontrar un B&B, así que tuvimos que quedarnos en un hotel que resultó bastante barato en Falkirk, 35£ sin desayuno, eso si, a unos escasos 17 kms de Stirling, punto de parada para el día siguiente.

De aquí, hicimos una incursión de nuevo en la parte norte de los Trossachs National Park, para ir a ver la tumba del héroe escocés que me hizo venir hasta aquí. Rob Roy.

Tuve que circular por estrechas carreteras de un sólo carril para los dos sentidos y la verdad es que las medidas todavía me costaba al cruzarme por algún coche. El paisaje era precioso, con verdes montañas y bosques frondosos pero con el día de lluvia.........aún así, entre claro y claro se disfrutaba.




No me pregunteis, como encontré la Rob Roy Grave, pero lo hice. Dicha carretera esta apartada y solo cuenta con unas casas bastante dispersas hasta que llegas a una pequeña iglesia con un cementerio chiquito a su izquierda. Buscando entre las tumbas, dí con ella. Donde descansa Rob junto a su mujer y su hijo.




Antes de volver a Stirling, fuimos a ver la cascada de Dochart, pero o no la encontré o más bien creo que alguien se paso de tamaño al decir cascada en algún folleto turístico. Bonito era, pero ......una serie de rápidos del Río Dochart a su paso por un pueblecito llamado Killin.





Stirling es la ciudad de la gran batalla de Braveheart, entre escoceses e ingleses. De echo, en una de sus colinas se encuentra el monumento a William Wallace. Aunque si os soy sincero, quedé muy defraudado al ver que todo aquello era fruto del impacto mediático de la película.


 Tanto es así, que hasta la estatua que dominaba la entrada al parking, tiene el rostro del actor Mel Gibson.
Aún así, el sitio es chulo y las vistas impresionantes.





 Una vuelta por el bosque que rodea al monumento, sus parques y una visita a su gran castillo, para seguir nuestra marcha a la ciudad que pondría fin a nuestro viaje. Edimburgo.


Una vez ya en el coche, nos vamos dando cuenta de que dejamos atrás las zonas verdes, los bosques y entramos en pueblos y parques comerciales que nada tienen que ver con la Escocia del Norte, del frío, los Hihglands. 

Para comer, siempre había escuchado que era típico el plato de "Fish and Chips". (Pescado y patatas), y yo, aunque soy un poco especial para las comidas, me atreví a probarlo. Las pedimos en los Highlands y nos pareció tan cutre el plato, que pensamos que se habían equivocado. Un filete de merluza empanado y patatas fritas normales y corrientes. Pues bien, como parecía un error, volvimos a pedirlas dos días después, en un área de descanso camino a Edimburgo y el resultado lo dejo a vuestro criterio para que juzguéis el plato típico escocés.

Al llegar a Edimburgo, te das cuenta de que tuvo que ser una gran ciudad en épocas pasadas, con un impresionante castillo y un montón de edificaciones preciosas de estilo medieval. 




Fuimos a visitar la Abadía de Holyrood, en ruinas pero guapísima.






Escritos en estas placas, los nombres de todos los reyes de Inglaterra.


Al llegar a la parte baja del castillo, hay un parking grande. Os aconsejo dejarlo ahí y subir andando ya que es muy difícil encontrar aparcamiento en la zona de la Royal Mile.





Al llegar al castillo, veréis en la puerta a gente con ropas típicas. Os podéis hacer una foto previo pago, aunque yo como buen ratilla, hice como que pasaba por ahí. Turu turu. 


Y ellos dirían....déjalo que este es español


La entrada al castillo cuesta 16£. Y a la 13h, todos los días tiran una salva desde un cañón por tradición.




La Royal Mile te transporta a la época de las armaduras y los caballeros. De estilo medieval, muy orientada al turismo, con tiendas de souvenirs y recuerdos........ es chulísima.


Hay numerosos callejones que unen partes de esta avenida con otras calles. No me hubiera gustado pasar de noche por alguno de estos en otras épocas.

Después de  Edimburgo, sólo quedaba, volver a conducir por la izquierda por una buena autovía, la M8, hasta la ciudad de Glasgow y más tarde marchar hacia Prestwick para tomar el avión de vuelta.

Un saludo, Jaime.


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